Liderazgo en seguridad: Más allá del escenario actual, una mirada prospectiva e integradora
[Escrito por: Gonzalo Urrea. Exclusivo para Seguridad Minera] El escenario actual requiere de una mirada aguda y sistémica en cuanto a la evaluación y control de riesgos en la industria.
Por un lado la pandemia ha exigido la instalación de procedimientos y medidas de control efectivas para frenar su avance en las dotaciones. Esto ha implicado una serie de estrictos protocolos que afectan en forma directa a las personas y las instalaciones del lugar de trabajo. Mientras no exista la vacuna no se podrá seguir operando de la misma manera que conocíamos y estábamos habituados antes del Covid-19. Nuevos tipos de segregación en lugares de uso común como salas de cambio y casinos, han modificado las formas de relacionarse e interactuar. Aspectos tan cotidianos como el saludo o la forma en que se delegan las tareas al comienzo del turno se han visto afectados. Conductas reiterativas como el lavado de manos y la limpieza de EPP han llegado para quedarse.
Nuestro problema para alcanzar nuevos mejoramientos en seguridad surge de nuestro éxito. La mayoría de la empresas en los EEUU poseen buenos indicadores de seguridad. Basado estrictamente en las probabilidades, el trabajador estadounidense promedio puede trabajar 25 años sin un accidente con tiempo perdido. El problema con nuestros actuales niveles de seguridad es la complacencia que ello crea. Un trabajador puede saltarse un procedimiento de seguridad y probablemente no resultará lesionado. La reducida probabilidad de sufrir un accidente simplemente no es suficiente para mantener un 100% de cumplimiento de procedimientos de seguridad que demoran el trabajo, causan incomodidad y que a menudo son inconvenientes en otras formas. La organización moderna se enfrenta a la difícil tarea de crear un proceso de seguridad positivo, dirigido por los propios empleados. El proceso de seguridad conductual es un método que pone el foco de atención en el mejoramiento de las prácticas de seguridad.
Definir los valores, la misión, y la visión es una función importante de los líderes de una organización. Eso da un enfoque necesario para los esfuerzos del grupo. Pero, ese paso es solo un inicio en el progreso a la excelencia. Según un Gurú de “Gestión de Desempeño”, Dr. Aubrey Daniels, Ph.D.: “El articular la misión, la visión, y los valores, sin embargo, ha tenido poco impacto en los comportamientos de una organización.” Hay que crear y sostener un ambiente que produzca las conductas que concuerden con esos valores.
Al entrar en una planta de una empresa muy reconocida en Suramérica, noté un aviso grande y vistoso. Tenía un mensaje apropiado, enfatizando la necesidad de que todos los empleados pensaran en seguridad industrial, para el bien de todos. ¡Excelente!